Cierra la fila Jair Kandor, el expedicionario veterano: el que está de espaldas al grupo. Sincere ha dirigido cientos de misiones en la selva en más de 35 años, pero ésta puede ser su última misión antes de jubilarse. El destino es Mato Grosso, a lo largo del río Pardo, en tierra kawahiwa.
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Él los descubrió primero: en 1999 se topó con cuatro chozas, refugios de caza y pesca utilizados por un grupo de nativos desconocidos hasta entonces. Inmediatamente se retiró para no imponerles su presencia: su objetivo como funcionario de la Funai, el departamento de asuntos indígenas de Brasil, era demostrar que esas tribus existían para proteger legalmente sus tierras.
Luego, en 2011, Candor volvió sobre sus pasos en esta región más violenta de la Amazonia. Tras tres días de persecución, los descubrió: una familia de nueve miembros que caminaba desnuda por la selva con niños a la espalda y flechas sobre él (aquí la película The Last Kawahiwa, con imágenes únicas de la tribu). Durante años las empresas madereras negaron su existencia. Pero Sincere, oculto tras los árboles, fue el primero en captarlos en vídeo. Y aportar así pruebas irrefutables para iniciar el proceso de demarcación (y defensa) de su territorio. Este proceso aún no ha concluido: el territorio aún no se ha delimitado físicamente.